A un año del comienzo del Mundial 2022 en Qatar, el seleccionado argentino sigue encontrando motivaciones para salir a la cancha a dejar la piel. Sobre todo por lo que significaba este partido.
No es sólo fútbol, es mucho más. Este Brasil –Argentina se nos presentaba como un volcán de emociones a punto de entrar en erupción. Se jugaban muchas cosas: antes que nada un partido de fútbol, entre dos de las mejores selecciones del mundo y de la historia. En segundo lugar, un clásico, “él” clásico sudamericano. Siguiendo, se jugaba el invicto de Brasil jugando de local por eliminatorias. También, la continuidad de Argentina como puntero de las eliminatorias sudamericanas camino al Mundial 2026. Y, aunque pareciera de menor importancia, también estaba en juego la continuidad de Argentina al tope del ranking FIFA.
Destacamos 5 momentos de la inolvidable noche en el Maracaná:
Represión en las tribunas:
Antes del comienzo del partido simpatizantes de ambas selecciones convivían en las tribunas, el clima era tranquilo, algunas cargadas, empujones aislados, disputa territorial de las butacas. Nada que no pudiera resolverse al instante. Pero al momento de comenzar el partido los ánimos se caldearon, y si bien, todo comenzó entre barras de una y otra parcialidad, la nota otra vez la dio la policía brasilera, que reprimió sin reparos a los hinchas argentinos, provocando decenas de lesionados y la decisión del capitán argentino de volver a los vestuarios hasta que la situación se calmara y estén dadas las condiciones para que el partido se jugara.
Los 90’
El desarrollo del partido fue difuso, poca conexión y fluidez de parte de ambos equipos, mucho roce físico y verbal. 40º de térmica. Daba toda la sensación de que quien hiciera el primer gol, ganaría el partido. Y así ocurrió finalmente. A los 63’ Otamendi conecta un cabezazo y manda la pelota a descansar al ángulo superior derecho de Allison para alegría de 45 millones de argentinos. De esta manera se definió el juego, el que dura 90’. Pero la noche del Maracaná fue larga, muy larga…
La celebración
“Brasil decime qué se siente, tener en casa a tu papá…”
Como un dèja vú de los momentos más felices, esos que nos supo dar esta selección bajo el comando de Lionel Scaloni, los muchachos albicelestes que estaban en la cancha y los que estaban en la tribuna se unieron en un mismo canto. Nadie quería irse del Maracaná. Es que ya nadie habla de “maracanazos”, ya que en sus últimas 3 visitas al mítico estadio carioca, nuestra selección salió vencedora (siempre por 1 a 0). Pero esta victoria entrará en la historia por terminar con el invicto histórico de Brasil en sus tierras, en eliminatorias. Y además, porque en el cásico nº110, Argentina empata el historial con Brasil, con 42 triunfos para cada selección.
La despedida de Angelito
En medio de la algarabía, al final del partido, una figura se eleva por sobre los hombros de Leandro Paredes. Entre risas y llantos comienza a saludar a la tribuna y ésta le responde “No se va, Fideo no se va…” Sus compañeros lo vitorean y él no puede más de la emoción. Fue el último partido de Angelito Di María por eliminatorias. Qué manera de despedirse! Aún queda disfrutarlo en la Copa América 2024, pero ya comienza a despedirse una leyenda.
La “despedida” de Scaloni?
Como baldazo de agua fría llegó la cuota agridulce de la cálida noche carioca. Y como un buen tango, también la angustia y la incertidumbre forman parte de las historias mas felices.
El hacedor de esta dinastía ganadora, de este trozo dorado de historia albiceleste, Lionel Scaloni, puso en duda su continuidad al frente del plantel.
“Una cosa importante que quería decir. Es parar la pelota. Tengo muchas cosas qué pensar en este tiempo. Estos jugadores me han dado un montón. Necesito pensar mucho”, dijo.
Y agregó: “No es un adiós. Pero está difícil seguir... Necesito pensar qué voy a hacer porque la vara está muy alta. Esta Selección necesita un entrenador que esté bien. Después se lo diré al presidente y a los jugadores”, cerró, planteando un fuerte interrogante hacia adelante.
