Hoy, 17 de Mayo, es el Día Mundial del Reciclaje, y podemos decir que gracias al esfuerzo de millones, la conciencia ecológica ha crecido mucho en las últimas décadas.
Esto se debe, por una parte, a que los consumidores han dado especial atención a la responsabilidad ecológica, y por otra, a que las marcas han tenido muy en cuenta este comportamiento.
Las principales marcas de indumentaria deportiva han lanzaron en los últimos años varios rangos que integran el reciclaje. Algunas han utilizado materiales reciclables como el vidrio, el plástico o el papel, iniciativa que sin dudas fomenta la retirada de basura que acabaría en vertederos. Grandes vertederos del mundo que contaminan aguas y suelos, sobre todo en países en desarrollo dónde va a parar la mayoría de los residuos.
Grandes marcas han presentado propuestas novedosas, como Nike en 1993 con la campaña Reuse-a-Shoe para reciclar zapatillas de deporte usadas. Una iniciativa aislada que luego se convirtió en una estrategia destinada a alcanzar los desechos cero y una huella de carbono cero, llamada Move to Zero. También implementaron una iniciativa destacada en la colección Space Hippie, cuyo FlyKnit está hecho con un 90% de botellas de plástico recuperadas, como también en el Flyleather y sus fibras de cuero recicladas.
Por su parte, adidas firmó en 2015 una asociación con la Parley for the Oceans, lo que significó el punto de partida para el desarrollo de modelos de plástico retirados de los océanos, sintetizados por el término PrimeBlue. Además, existe la gama PrimeGreen, que es un tejido de alto rendimiento creado completamente con materiales reciclados.
Fuera de las marcas también existen iniciativas que trabajan de manera colaborativa en el proceso de reciclaje de calzados deportivos, como es el caso de la Asociación para la Gestión de Residuos del Calzado (Gerescal), que es una entidad conformada por nueve empresas de la industria del calzado, la cual busca establecer contactos con los comercios minoristas para valorar la posibilidad de ubicar en ellos los contenedores de recogida de zapatos y cuyo objetivo es reciclar los casi 200 millones de pares de zapatos que se consumen cada año.
